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¿Que el gobierno haga algo?
Hace algún tiempo escribí acerca de la oración del Padre Luis Farinello en el congreso Argentino. Recibí algunos comentarios, y uno en especial llamó mi atención. En este me decían que la oración no era original del Padre Farinello, sino que la había leído el Pastor Joe Wright en la inauguración de sesiones del senado de Kansas.
Para escribir el primer artículo, me tomé mi tiempo y realicé una investigación para conocer la veracidad del mismo, y al comprobar que había sucedido y estaba en varios diarios argentinos lo publiqué.
En este caso hice lo mismo, pero un poco más rápido para poder contestar a la persona que me había hecho el favor de corregir mi error, y encontré, primero, que Joe Wright es o era Pastor en la Central Christian Church enn Wichita, también encontré varios artículos referentes a esta oración, con diversas versiones. En varias de ellas se citaba al periódico Kansas City Star, pero no pude encontrar nada en sus archivos.
No estoy 100% seguro del origen, pero una cosa es cierta, la oración sí es anterior a la del Padre Farinello. En unos casos se menciona que la leyó el Pastor Joe Wright en la apertura de sesiones del senado, el 24 de enero de 1996, y otra versión dice que fue el 23 de enero del mismo año, pero no en el senado, sino en la Kansas House en Topeka. En ambos casos se menciona lo mismo, abrió las sesiones con esta oración, y al menos uno de los presentes se levantó y salió de la sala, y al retirarse Joe Wright, hubo una gran respuesta (mala) de muchos de los presentes. También se habla de llamadas a su iglesia, más de 5 mil con una reacción positiva, y que la oración fue leída en un programa de radio posteriormente, con una respuesta entusiasta de los radioescuchas. Por último, en varios lugares leí, y uno incluso citaba que había sido escrito por el mismo Joe Wright, que la oración no era 100% suya, sino que estaba basada en una oración (“A Prayer of Repentance»), que había sido escrita por su amigo el pastor Bob Russell de la Southeast Christian Church de Lousville, Kentucky en 1995, quien a su vez la había usado en un desayuno (the Kentucky governor’s prayer breakfast in Frankfurt). Considero que no importa cual de las versiones es la cierta, ya que las diferencias son mínimas, y, aunque sí es bueno el adjudicar la oración al creador y no a otros, lo importante principalmente es el mensaje.
La primera versión, la de Bob Russell, no la encontré en ningún lado, solo menciones a la misma; la segunda versión, la de Joe Wright, la escribió, según leí, tomando extractos de la de Bob Russell y adaptándola en su propia versión, para leerla en la apertura de sesiones.
La tercer versión, 15 años después, del Padre Farinello, tampoco es exactamente igual, aunque el mensaje es el mismo. Hemos actuado mal y buscamos justificantes para lo que hacemos.
Creo que tenemos mucho camino por andar para regresar al camino correcto.
Gracias Paco por mostrarme esta versión de la oración.
En esta liga http://www.youtube.com/watch?v=5MR1KSscKKc&feature=related podemos ver el video con sonido en inglés y la traducción al español, y reproduzco esta versión en inglés de la oración. Sé que les gustará:
Heavenly Father, we come before you today to ask Your forgiveness and to seek Your direction and guidance. We know Your Word says, «Woe to those who call evil good,» but that is exactly what we have done. We have lost our spiritual equilibrium and reversed our values. We confess: We have ridiculed the absolute truth of Your Word and called it Pluralism. We have worshipped other gods and called it multiculturalism. We have endorsed perversion and called it alternative lifestyle. We have exploited the poor and called it the lottery. We have rewarded laziness and called it welfare. We have killed our unborn and called it choice. We have shot abortionists and called it justifiable. We have neglected to discipline our children and called it building self-esteem. We have abused power and called it politics. We have coveted our neighbor’s possessions and called it ambition. We have polluted the air with profanity and pornography and called it freedom of expression. We have ridiculed the time-honored values of our forefathers and called it enlightenment. Search us, Oh God, and know our hearts today; cleanse us from every sin and set us free. Guide and bless these men and women who have been sent to direct us to the center of your will. I ask it in the Name of Your Son, the living Savior, Jesus Christ. Amen.
El Respeto
Los valores son muchos y, aunque en cada cultura, o religión, pueden ser diferentes, la base siempre es similar, ya que son los valores lo que permiten al ser humano vivir en sociedad. Ya hablamos de integridad y honestidad, que es uno de los más importantes, pero la lista puede ser casi tan grande como queramos. En esta lista menciono algunos, y quizá más adelante agregue otros:
Honestidad, Responsabilidad, Solidaridad, Respeto, Sinceridad, Lealtad ,Gratitud, Generosidad y Empatía entre otros.
Hoy nos enfocaremos en el Respeto. Hablar de respeto, implica, como en casi todos los valores, hablar de los demás. El respeto implica el establecer límites a que podemos y que no podemos hacer; implica el valorar a otros individuos, aceptarlos y reconocer sus derechos. Se manifiesta no solo hacia leyes o personas, sino a la autoridad, como en el caso de los niños, hacia sus padres y maestros (un respeto cada vez menos mostrado en la actualidad).
El respeto, junto con otros valores, permite a las sociedades convivir en paz y armonía, recordemos la frase célebre pronunciada por Benito Juárez “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Por otro lado, la falta de respeto, lo único que genera es violencia, ya sea física o verbal. Los niños que no fueron educados en el respeto, comienzan por molestar a sus compañeros (el tan mencionado bullying en las escuelas), o el no acatar indicaciones de maestros, e incluso retarlos abiertamente. He visto niños que molestan e insultan a otros, y no solo no son corregidos por sus padres, sino que son motivados a hacerlo. Igualmente retan a sus maestros, y el padre en vez de corregir al niño, exige a la escuela que despidan al profesor, haciendo creer al niño que lo que hace está bien. Estos niños pueden crecer sin tener el menor respeto por sus semejantes ni la autoridad; cuando jóvenes empiezan por cometer pequeños actos vandálicos, y pueden caer en la delincuencia, ya que creen que no solo no es necesario mostrar respeto por leyes y autoridades, sino que creen que está bien el no tener respeto, ya que eso les da más poder. ¿Cuántas veces no hemos visto reportajes en la televisión donde la policía persigue a un delincuente al que, como se dice coloquialmente, “agarraron con las manos en la masa”, y este delincuente es escondido y protegido por sus familiares, y sale la madre a decir que su hijo es puro y santo, y que la policía solo lo agarra cada vez que quieren, sin que haya hecho nada; al parecer dicho joven nunca supo respetar nada y no se le enseñó que sus actos tienen consecuencias. Más adelante, si estos jóvenes no caen en la delincuencia, de adultos siguen comportándose de la misma manera, y en sus empleos, si llegan a tener personal a su cargo, lo tratan con desprecio, con insultos y amenazas, y en algunos casos caen en el acoso sexual.
No soy experto en psicología, pero el patrón es fácil de identificar, y lo he visto constantemente en el ámbito profesional, jefes que gritan e insultan, y personal que vive en el miedo de ser agredido verbalmente y despedido de su trabajo. En las calles de la ciudad es común ver a los automovilistas que no respetan señales de tránsito, bloquean calles, no respetan al peatón, y se insultan unos a otros, pero igualmente vemos peatones que no respetan las leyes de tránsito, cruzan corriendo las calles poniendo en riesgo su vida, no respetan al automovilista (recordemos que el respeto es un camino de dos sentidos), y cuando sucede un accidente, invariablemente culpan al conductor indicando que venía a exceso de velocidad. En fin, la falta de respeto a otros en nuestra sociedad es un cáncer que nos está acabando poco a poco.
¿Que podemos hacer? En principio respetar a nuestros semejantes 8aquí entra otro valor, la tolerancia). Enseñar a nuestros hijos a respetar a los demás, a sus mayores, a la autoridad, a otros niños. Empecemos con cosas fáciles. Y dejemos que se hagan costumbre, al caminar cruzar las calles solo en esquinas, si vamos en auto, respetar los pasos peatonales, y llegará el momento en que todos vean mal al que no lo hace y, aunque sea por vergüenza, estas personas empiecen a actuar de manera correcta.
Hace unos años estuve dando clases en una universidad importante en la ciudad de México, mis alumnos eran de las carreras de derecho, administración y contaduría principalmente, y variaban de 1º. hasta octavo semestre. El problema era que la materia que impartía para muchos de ellos no tenía interés o relación con la profesión que deseaban ejercer, estaba tratando de enseñarles un segundo idioma.
Hubo algunos que se esforzaron por aprender, pero la mayor parte buscaba tan solo aprobar la materia de la manera más fácil y sencilla posible; hubo incluso uno que me dijo francamente que no le interesaba la materia, que no le encontraba ningún uso, que como iba a ejercer su carrera de derecho en México no necesitaba hablar inglés, y que solo estaba tomándola porque era un requisito para titularse, por lo que me pedía que lo aprobara con la calificación mínima solo para cumplir el requisito. Creo que mi respuesta no fue lo que él esperaba, ya que le dije que entonces estudiara el mínimo indispensable para obtener dicha calificación, y después se olvidara del asunto si así lo deseaba. Al final eso hizo, y aprobó el semestre con una calificación de 7 sobre 10.
Pero eso no es lo que me asombró, lo que más me preocupó, fue que la mayor parte de los alumnos trataran de aprobar no con base en sus conocimientos adquiridos, sino basados en engaños:
Hubo quien me presentó el mismo trabajo del semestre anterior alegando que era nuevo, como si yo no pudiera reconocerlo; hubo otro que presentó una traducción hecha con un software gratuito de Internet, por lo que el trabajo era muy malo y cualquier profesor del idioma, por malo o nuevo que fuera se daría cuenta de inmediato; el mismo alumno a la siguiente clase me presentó un trabajo excelente, que se notaba a leguas había sido hecho por un traductor profesional, y que estaba más allá de su capacidad y conocimientos; hubo trabajos de copy/paste de Internet, y durante los exámenes trataban de copiarse unos a otros o de libros cuadernos y acordeones como si fueran niños de secundaria.
No todos mis alumnos ni todos mis grupos fueron así, pero si era una parte importante la que se comportaba de esa manera.
La última clase, mientras entregaba las calificaciones finales, platiqué con ellos, y les hice ver todo lo que había pasado en el semestre; y sin decir nombres repetí todas las faltas que pude recordar. Algunos lo tomaron a broma, pero busqué que pensaran en su futuro, en el futuro de su país y de sus familias; y como su actitud, si no cambiaba ahora, no lo haría fácilmente durante su vida profesional. Varias cosas que les dije: ¿ustedes pondrían su vida en juego con un abogado que engañó y obtuvo un título pero no tiene los conocimientos necesarios?, o ¿dejarían que un contador o administrador sin moral llevara la contabilidad de su negocio?
También les dije que creía que de mis enseñanzas, la más importante no era el idioma, sino
los valores morales que ellos ya deberían mostrar, ya que no eran que aún no saben la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto, sino hombres que deberían poner ejemplo y que eran el futuro de nuestro país.
No sé si lo que les dije esa última clase tuvo algún efecto en ellos o no, pero espero que al menos los haya puesto a pensar, y si uno solo de ellos cambió su forma de ver las cosas, consideraré que valió la pena.
Esto me llevó un poco más allá, a tratar de entender que pasaba con la educación cívica en nuestro sistema educativo, y pude ver que ya no se considera como algo primordial, y se relega a segundo término, en cambio cuando mi generación estuvo en primaria y secundaria, era una materia por demás importante y se nos enseñaba o reiteraba lo que en nuestras casas ya se nos había inculcado.; sin embargo, actualmente no es así, hubo incluso uno o dos años en que la materia se eliminó del plan de estudios de la secundaria por parte de la Secretaría de Educación Pública, aunque por suerte ya se volvió a incluir.
Aunque el problema inicia en casa, y en la escuela no se puede sustituir la enseñanza de los padres, creo que debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para cambiar la tendencia de las nuevas generaciones a buscar la salida rápida y el dinero fácil, sin importar si sus acciones son morales/ lícitas. Tal vez sería bueno que las clases de civismo y ética no terminaran en el bachillerato, y se siguieran como parte de la formación universitaria en todas las carreras, y no solo en aquellas de las que forma parte esencial como el derecho.
Si alguno de ustedes lectores es maestro, trate de inculcar estos valores en sus alumnos, aunque no sean parte de su materia de estudio. No quisiera que la respuesta a la pregunta del título fuera un si.
Salu2